El narrador de las divagaciones del inolvidable Papo Impala nos presenta la pista hípica como el escenario del deseo, y las caballerizas, como los bastidores. El desfile de personajes se convierte en una apuesta al devenir de Millito en jinete profesional, por supuesto que obstaculizado por la pugna que hace apretar los dientes y apurar el paso, justo en el tramo de la recta final... El jockey llega a los lectores con un registro distinto del sujeto marginado, en un lenguaje directo que estimula la adrenalina.