Quedan muy pocos recuerdos de la plaga del cólera que azotó Puerto Rico a mediados del siglo XIX...
Aquella peste por poco acaba nuestra idiosincrasia...
Cientos de muertos, sin agua, sin medicamentos, una veintena de médicos para toda una capital...
Todos buscarán de un dios sordo y mudo...
Y uno de los médicos tiene una solución... pero le costará la vida.