La historia de los tabaqueros en el siglo XX es sinónimo de lucha por mejores salarios y condiciones de empleo. De un lado, las compañías tabaqueras estadounidenses representaron un formidable rival para las compañías criollas, que tuvieron que ceder las mejores tierras de siembra y las principales fábricas de cigarros y cigarrillos a la voracidad de los consorcios estadounidenses.