Más que un diálogo, Quintero Herencia propone, en este libro escrito de oído, un encuentro con la salsa, con el saber de su sabor y con el sabor de su saber. Despojado del ceremonial (sociológico, etnográfico o antropológico) que legitima y autoriza, La máquina de la salsa se abre a las líneas de fuga del género que lo convoca, invadido por la plenitud de su sabrosura, sin sustraerse de los peligros de su delirio. Cómplice, juez y parte, esta descarga descomunal regresa a la raíz poética de la mejor tradición del ensayo, esa que da fe del espectáculo innombrable del pensar. (Rubén Ríos Ávila)