En La educación como salvación, ¿en tiempos de disolución? Aragunde critica tanto el convencimiento ciego en el poder de la educación que caracteriza la sociedad puertorriqueña, como las visiones simplistas que llevan a muchos a condenar específicamente la instrucción pública sin considerar el contexto socio-histórico del país. Insiste igualmente en la necesidad de repensar la visión que se tiene de los estudios universitarios, sugiriendo, como lo hace también con respeto al ámbito escolar, que la disolución que caracteriza nuestros tiempos lo hace imperativo. En una época como la que se vive, según Aragunde, los supuestos teóricos de lo que se conoce como educación se tambalean y urge someterlos a una buena discusión.
Algunos de los trabajos que se incluyen en este libro fueron escritos como respuestas a invitaciones que me cursaran a participar en congresos y coloquios. Estos tendrán el tono de una ponencia leída en la que se puede interrumpir lo que se está presentando para hacer comentarios pertinentes. Otros fueron gestados como artículos de periódicos, bien porque se me solicitaran o porque yo sintiera que era necesario expresarme en torno a un asunto en específico.