El oficio del historiador se hace complejo al requerir de un gran conocimiento teórico y metodológico, rigurosidad en la investigación y un sentido ético de la disciplina. Esa formación capacita al historiador para cumplir con una función social importante: ofrecer un conocimiento sobre la sociedad que nos permite enfrentar sus problemas. Sin esa función no sería posible una sociedad que pueda pensar históricamente. En Interioridades, los investigadores Luis A. López Rojas y José A. Calderón Rivera, nos demuestran, a través de estas entrevistas realizadas a doce historiadores del país, que ser historiador trasciende el mero ejercicio de relatar hechos o sucesos del pasado, y que su formación es necesaria y vital para ejercer el oficio.
-Juan E. Roque Rivera