Ángel es un soñador constructivo, un edificador de ideas y un forjador de lugares, que en su crisol racional va templando a golpes. Ángel es arquitecto por vocación, oficio al que adviene con un tesón y una energía explosiva, sobreponiéndose a todos los obstáculos que tuviese que encarar. Esa pasión por forjar una experiencia inefable con concreto y acero se extendió al intento por vestir sus inquietudes, sus ideas, con palabras. Los fragmentos narrativos que hoy comparte con el lector son cincelados de carne y de sueños. Son pedazos de vida, que como el agua, discurren por los sentidos y enlazan el ánimo del lector con su espíritu. Gústenlo, mírenlo, pálpenlo y aspírenlo, pues los sentidos, libres de reglas y restricciones, encaminarán las imágenes, las ideas y los sentimientos por la cuenca profunda de la Vida.