Donde no se entiende bien el pensamiento de Muñoz Marín sobre el estado político, es su defensa al Estado Libre Asociado que es claramente colonial. Nadie pretendió entonces que ese fuera un convenio final. Era solo el inicio de un proceso que culminaría con la estadidad asociada, la autonomía con soberanía, la república asociada o cualquiera otro nombre que se le dé a una relación digna que salvaguarde la personalidad del socio invitado o a la independencia. Fueron varias las veces que, mientras rechazaba la indiferencia a la república, señalaba que no quería estar al frente de personas que le temieran a la libertad.