Quisiera decir que Adrover Lusell es un viajero del tiempo. O que al trabajar con quantum y en base al postulado del intercambio de energía (información en cada fonema) de forma discreta, la poesía cuántica permite brindar relatos a hechos inaccesibles para la poesía convencional. Y es que Quatum Weaver Yocahú es un viaje en la logosfera en el que el capitán de la nave (Adrover) va tejiendo con lucidez fragmentos de una profecía que se está cumpliendo. Si usamos la metáfora del libro como droga, este es un formidable alucinógeno.