El poemario Nómada en fuga, de Rafael Ayala Hernández nos presenta reiterados intentos de fuga, de dejar atrás la dimensión de este mundo condenada a la pérdida del entusiasmo, intentos poéticos de alcanzar la dimensión plena de este mismo mundo afirmada arrebatadamente por el entusiasmo. Con su poesía aprendemos el significado filosófico y sagrado de esta palabra: el entusiasmo es la convocatoria a la participación común en el vivir, y en el morir, que es parte de la vida incesante e inmortal. Aquí se invoca la participación vital en todas las facetas de la jornada vital: en la plenitud y el vacío, en la alegría y la tristeza, en la salud y la agonía, en el amor y el desamor, en el recuerdo y el olvido, en los adioses y los encuentros, y, para más, en la ausencia y la presencia de poesía. El amor puede ser nublado, pero también loco. La poesía de Rafael Ayala nos brinda, como invitaba el filósofo-poeta Friedrich Nietzsche, un gran sí a la vida, dentro del cual aún la gran negación es también un sí colosal.
--Juan Ramón Duchesne Winter
--Juan Ramón Duchesne Winter