La vida es un regalo de Dios. Debemos pensar en qué es lo que puedo dar más que en lo que quiero o necesito. He tratado de captar en algunos de mis poemas el impacto que he recibido al compartir con algunas personas especiales que trascienden sus limitaciones o su dolor y siguen adelante, con dedicación y sonrisas, sin pensar en sus situaciones difíciles sino en servir y en traer alegría y paz a los demás. Quise que ese testimonio fuera parte de mi poemario. Es un mensaje de superación, de total entrega, de sonrisas a pesar de las lágrimas.