La Roca y Asesinato en la catedral
Cuando parecía que su obra poética había concluido, T. S. Eliot sorprendió a sus lectores con la publicación, en 1935, de Burnt Norton, el primero de los cuatro poemas que conformarían Cuatro cuartetos, una obra completada a lo largo de la Segunda Guerra Mundial y que supone la superación de la desolación, a la vez íntima y colectiva, que había descrito en La tierra baldía (1922).
East Coker, The Dry Salvages y Little Gidding ahondan en la meditación sobre el tiempo, el amor, la realidad, la muerte y la búsqueda de Dios que Eliot había iniciado en Burnt Norton, convirtiendo la secuencia poética en una averiguación radical que, partiendo de sus raíces, logra desprenderse de lo biográfico para elevarse a un estadio superior.
Con el fin de que el lector pueda hacerse una idea del camino que llevó a Eliot al alumbramiento de esta obra, Andreu Jaume ha traducido también los coros de La roca y Asesinato en la catedral, dos piezas para teatro con las que Eliot ensayó su nueva voz poética.