Como un aeda, Gibonni, canta al ritmo de una nueva lira para mostrarnos la hazaña más humana de todas: el lenguaje. Nos canta de ese imperio fallido tantas veces, de esa gesta naufragada otras tantas: la virtud de comunicarnos más allá de nuestros temores y mezquindades. Así nos habla en croata, en español y en inglés para al final mostrarnos su verdadera máscara, el poeta, y su verdadera lengua, la poesía.