Un baluarte como fortificación y refugio ante el dolor y el desamor, pero también como lugar de contemplación del deseo y del horizonte. En estos poemas, publicados por primera vez hace ocho años, Elvira Sastre da cuenta de su gran poder a la hora de buscar imágenes precisas y convertirlas en versos que se quedan, irremediablemente, con nosotros. Aquí los sueños y las pesadillas se vuelven tangibles.
Por momentos una voz que se pregunta por el amor: "El amor es un paréntesis abierto"; por la vida como sueño: "Todos estamos enamorados. Solo algunos estamos despiertos", por las relaciones y los apegos "Supe que aún la quería / porque la odiaba con una brutalidad de ensueño", por la belleza que se esconde detrás de lo aparente "Estaba tan guapa que me hizo dudar: / ¿Iba a quererla por fuera / o a quererme por dentro?".
Por momentos una voz que se pregunta por el amor: "El amor es un paréntesis abierto"; por la vida como sueño: "Todos estamos enamorados. Solo algunos estamos despiertos", por las relaciones y los apegos "Supe que aún la quería / porque la odiaba con una brutalidad de ensueño", por la belleza que se esconde detrás de lo aparente "Estaba tan guapa que me hizo dudar: / ¿Iba a quererla por fuera / o a quererme por dentro?".