Anthony Acevedo Rodríguez nos muestra en este poemario su valor y no, no es "7.25". Nos sacude en un velo que sabe posicionarse en nuestra esquina más oscura y seducirnos, con una fuerza impalpable y su amor incógnito porque alguna vez hemos tenido la piel gris y hemos sido payasos de vida. El poeta baila con pié firme en la escena y es capaz de ver los sueños, de mirarse en el espejo y encontrarse porque aquí afuera todos alguna vez nos hemos preguntado: "¿A dónde fui cuando nadie me buscaba? / ¿A dónde fui cuando solo era una letra? / ¿A dónde fui cuando me creían muerto?"