
Javi vive en una casa de madera encima de la ferretería que atiende su madre. Pero dependiendo del clima, de su abuelo, de los tiroteos, o de la furia de su padre, la casa de Javi puede estar arriba o abajo. Arriba su madre se llama Pilar, abajo es una Chica Bombón; arriba su padre es una careta de soldar, abajo un fantasma; arriba Javi le cambia los pañales a su abuelo, abajo espanta pretendientes a su madre; arriba hace nieve frotando bloques de foam, abajo construye una playa con la arena que venden en sacos; arriba Javi es un niño cruel, abajo es un adolescente tierno; arriba es gringo y abajo puertorriqueño.
Esto también es una casa es un tour de force entre un hijo y una madre, entre una casa y una ferretería, entre lo que tiene arreglo y lo que nunca lo tendrá, entre el dolor y la ternura, y entre la belleza y la violencia que implica vivir en el Caribe. Con una prosa limpia y exacta, profunda y sutil, esta novela pone en función aquel mandamiento de Nabokov: «acaricien los detalles, los divinos detalles».