¿Pueden unas cartas de amor convertirse en la estructura que sostenga al Puerto Rico que, en pleno siglo XX, se centraba en desarrollar un proyecto de país apoyado en la educación y en el trabajo? Una joven estudiante de bachillerato en inglés y atleta del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, y su novio, un joven estudiante de ingeniería del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez ("mi ingeniero pecoso"), fueron edificando -carta a carta, sello a sello, palabra a palabra, sueño a sueño- la conciencia de pertenecer a un país que estaba en plena construcción, no sin luchas encendidas entre sectores de intereses diversos y aun contrarios entre sí. Revolución del amor en tres tiempos: cartas entre Tinti y Alexis nos lleva, en el tiempo, a medio siglo antes de que el mundo se internara en la nueva era globalizada del software.
Esta Revolución... parte de las montañas de Borinquén, recorre epistolarmente dos recintos universitarios con toda la iluminación que la educación hace brillar en el alma humana, y regresa al lugar donde nació: Adjuntas. En este pueblo frío, pero de probada calidez, un sol de amor entre dos puertorriqueños alumbra el camino hacia la sostenibilidad energética y hacia la intención tan noble como imprescindible de salvaguardar el medioambiente. Así, las cartas entre Tinti y Alexis demuestran que no hay sol más luminoso, fecundo e inagotable que el amor, ni una energía más pura.