La pluma de Sandra Kuilan Torres es conmovedora. Cada cuento de este universo provocará nuestros sentidos. Me he maravillado de su detallada descripción de la cartografía de Monte Sucio, aquel territorio escogido por la autora para narrarnos los personajes de sus historias. Tatuaje, metamorfosis, vecindad, escuela, mapa de territorialidad, jardín de juegos, sepulcro y lugar de ensueños, todo lo que acontece en su Mapamundi se convierte en la concatenación de eventos de nuestra propia humanidad. Al final, la invitación es a reflexionar en lo inhumano del propio hábitat. En lo inhumano de nuestra humanidad. ¿Tendrán redención los montesucianos? Esta lectura nos permitirá, al menos intentar descubrirlo. - Yolanda Arroyo Pizarro