Antonio es un empresario gallego con una ambición desmedida. Cuando por fin asume la dirección de la fábrica de ataúdes fundada por su padre, hasta entonces reacio a ceder el testigo, da un cambio radical al negocio. Quiere situarlo en lo más alto y pone la vista en el sector del lujo. Eso lo lleva de viaje por Houston y Ciudad de México, donde alcanza el éxito con el que ha vivido siempre obsesionado. Pero apenas lo toca, sus sueños se desvanecen de una injusta e inexplicable manera, capaz de hacer perder la cabeza al más juicioso. A su regreso a España va a percibir paulatina, dramática e irremediablemente que todo ha cambiado, y sin solución. Casi nada es como era cuando lo dejó quince días antes: ni la familia, ni la casa, ni los amigos, ni el trabajo, ni la ciudad, ni el mundo, ni siquiera él mismo. Nada tiene sentido, todo escapa a lo posible. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo, en qué instante o circunstancia se distorsionó la realidad?
Juan Tallón se adentra en una historia que aborda la experiencia de la extrañeza, esa sensación tan repetida a lo largo de la vida, y lo hace a través de un personaje contradictorio, implacable, violento, a ratos tierno, sin demasiados límites morales, que no encaja en el mundo, que no entiende –como en algún momento nos ocurre a todos– muchas de las cosas que suceden a su alrededor, a las que, sin embargo, tendrá que desafiar para salir adelante. Dueño de un pasado tormentoso, enfrentado a un padre que lo aborrece, víctima incluso de un apellido atroz, Antonio es el vivo ejemplo de cómo resistir al vapuleo de las grandes adversidades y satisfacer cualquier ambición, siempre y cuando uno esté dispuesto a hacer todo lo que haga falta.